FOS patience

Ezer Equipada | Paciencia

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Si bien esta no es la primera vez que me toca escribir un artículo, ya que debido a mi profesión he escrito cientos de ellos, en esta ocasión estoy casi temblando, ya que siento un doble desafío. En primer lugar tengo que escribirle a un montón de mujeres, que como yo, buscan respuestas basadas en las Escrituras, por lo que debo ser precisa y sabia. En segundo lugar y redoblando la dificultad, debo referirme a la paciencia, uno de los frutos del Espíritu Santo más retantes para mí. Y es que la paciencia no es precisamente un fruto por el cual se me reconozca fácilmente.

Paciencia proviene del griego “makrothumia” que significa templanza o longanimidad, como un compuesto de dos palabras que significan “Largo” y “Temperamento” y se define como la capacidad de tolerar desafíos o retrasos sin llegar a enfadarnos.

Los que me conocen bien, saben que es, en las situaciones donde tengo que esperar sin enfadarme, cuando necesito desesperadamente la ayuda del Espíritu Santo. Cuando tengo que esperar por algo que está fuera de mis manos, cuando el semáforo no cambia, cuando no puedo enhebrar una aguja, cuando las cosas no salen como yo quiero, cuando mis hijos no contestan el teléfono... ¡Es ahí donde tengo que hacer uso de este fruto del Espíritu tan difícil!

En estos tiempos, la paciencia no es un fruto que abunde en el mundo. El gran progreso tecnológico nos ha llevado a la inmediatez y demuestra claramente que no nos gusta esperar.

A lo largo de las Escrituras, vemos diferentes ejemplos que personifican a la paciencia. La vemos en Job (Job 13:15), la podemos visualizar en Jeremías (Jeremías 38:1-13), en Moisés (Éxodo 32:1-11), pero sin lugar a dudas, el mayor ejemplo de paciencia lo vemos en Dios mismo. La paciencia de Dios nos mueve hacia el arrepentimiento (Romanos 2:4), nos salva del juicio (Romanos 9:22), nos cambia la vida (1 Timoteo 1:15-16) y nos da el precioso e inmerecido regalo de la salvación (2 Pedro 3:15).

Sin la paciencia de Dios, ninguna de nosotras hubiera tenido la oportunidad de tener una relación con Jesus. La paciencia de Dios tiene el propósito de retrasar el juicio para que nosotras podamos buscarlo, conocerlo y llegar a ser salvas.

Con mucho afecto,

Andrea Alicata

Leer:

Toma un tiempo para leer, meditar y pensar en las siguientes escrituras:

Santiago 5:7-12

Amados hermanos, tengan paciencia mientras esperan el regreso del Señor. Piensen en los agricultores, que con paciencia esperan las lluvias en el otoño y la primavera.

Salmo 37

Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe. No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones.

Santiago 1:2-18

Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.

Reflexionar:

Te animamos a usar estas preguntas para reflexionar, escribir una oración a Dios y conversar con una amiga, tu familia o alguien cercano.

  • Piensa y medita por un momento en la paciencia de Dios. ¿Cuánto tuvo que esperar el Señor para que decidieras rendirte a Él?
  • ¿Cómo estás ejercitando tu paciencia? ¿Te frustras con facilidad? ¿Lees y estudias la Biblia regularmente? ¿Cómo es tu vida de oración? ¿Te congregas y formas parte de una comunidad de creyentes?
  • ¿Las personas cercanas a ti pueden ver el fruto de la paciencia en tu vida? ¿Qué pasos puedes dar para ser paciente con los demás y de esta manera amar a las personas a tu alrededor?
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