DÍA 3: Transformados por Dios, No Moldeados por el Mundo

DÍA 3: Transformados por Dios, No Moldeados por el Mundo

Versículo Clave

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme...

Romanos 12:2a

Lectura

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

Romanos 12:2

Reflexiona

El sermón nos desafía a no conformarnos a las influencias del mundo, sino a permitir que Dios nos transforme desde adentro mediante la renovación de nuestro entendimiento. En un mundo que constantemente nos presiona a adoptar valores contrarios a los de Dios, estamos llamados a resistir esa conformidad y a vivir como ciudadanos del reino de Dios. Esta resistencia no se trata de aislarnos, sino de reflejar una vida distinta, guiada por los principios de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo.

La transformación que Dios opera en nosotros es una renovación profunda de nuestra mente y corazón. Esta obra no es un cambio superficial, sino una metamorfosis radical que nos capacita para discernir la voluntad de Dios. Al ser renovados en nuestro entendimiento, llegamos a comprobar que Su voluntad es buena, agradable y perfecta, y vivimos con un propósito que glorifica a Dios en todo lo que hacemos.

Este proceso de transformación requiere que nos alejemos de las influencias negativas y que busquemos activamente la voluntad de Dios. Esto significa pasar tiempo en Su Palabra, en oración y en comunión con otros creyentes. Al hacerlo, también aprendemos a discernir lo que es bueno, agradable y perfecto a los ojos de Dios.

Oración

Señor, en un mundo que constantemente busca moldearme a sus valores, ayúdame a no conformarme a este siglo. Renueva mi entendimiento por medio de Tu Palabra y Tu Espíritu, transformando cada aspecto de mi vida para que refleje Tu gloria. Enséñame a discernir y vivir conforme a Tu voluntad, que es siempre buena, agradable y perfecta. Que mi vida sea un testimonio de Tu gracia y poder transformador. Amén.