Génesis 29:31-30:24, 35:16-26

Génesis 29:31-30:24, 35:16-26

Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió que tuviera hijos, pero Raquel no podía concebir. Así que Lea quedó embarazada y dio a luz un hijo, a quien llamó Rubén, porque dijo: «El Señor se ha dado cuenta de mi sufrimiento, y ahora mi esposo me amará».

Al poco tiempo, volvió a quedar embarazada y dio a luz otro hijo, a quien llamó Simeón, porque dijo: «El Señor oyó que yo no era amada y me ha dado otro hijo».

Después quedó embarazada por tercera vez y dio a luz otro hijo. Lo llamaron Leví, porque ella dijo: «Ciertamente esta vez mi esposo sentirá cariño por mí, ya que le he dado tres hijos».

Una vez más Lea quedó embarazada y dio a luz otro hijo, a quien llamó Judá, porque dijo: «¡Ahora alabaré al Señor!». Y entonces dejó de tener hijos.

Cuando Raquel vio que no podía darle hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana. Le rogaba a Jacob:

—¡Dame hijos o moriré!

Entonces Jacob se puso furioso con Raquel.

—¿Acaso yo soy Dios?—le dijo—. ¡Él es el que no te ha permitido tener hijos!

Entonces Raquel le dijo:

—Toma a mi sierva, Bilha, y duerme con ella. Ella dará a luz hijos por mí, y a través de ella yo también podré tener una familia.

Entonces Raquel entregó a su sierva Bilha como esposa para Jacob, y él durmió con ella. Bilha quedó embarazada y le dio a Jacob un hijo. Raquel le puso por nombre Dan, porque dijo: «¡Dios me ha hecho justicia! Oyó mi petición y me dio un hijo». Luego Bilha volvió a embarazarse y dio a Jacob un segundo hijo. Raquel le puso por nombre Neftalí, porque dijo: «He luchado mucho con mi hermana, ¡y estoy ganando!».

Mientras tanto, Lea se dio cuenta de que ya no quedaba embarazada, entonces tomó a su sierva, Zilpa, y la entregó a Jacob como esposa. Pronto Zilpa le dio un hijo a Jacob. Lea le puso por nombre Gad, porque dijo: «¡Qué afortunada soy!». Entonces Zilpa dio a Jacob un segundo hijo, y Lea le puso por nombre Aser, porque dijo: «¡Qué alegría que tengo! Ahora las demás mujeres celebrarán conmigo».

Cierto día, durante la cosecha de trigo, Rubén encontró algunas mandrágoras que crecían en el campo y se las llevó a su madre, Lea. Raquel le suplicó a Lea:

—Por favor, dame algunas de las mandrágoras que te trajo tu hijo.

—¿No fue suficiente que me robaras a mi marido? ¿Ahora también te robarás las mandrágoras de mi hijo?—le respondió Lea con enojo.

Raquel contestó:

—Dejaré que Jacob duerma contigo esta noche si me das algunas mandrágoras.

Así que, al atardecer, cuando Jacob regresaba de los campos, Lea salió a su encuentro. «¡Debes venir a dormir conmigo esta noche!—le dijo ella—. Pagué por ti con algunas mandrágoras que encontró mi hijo». Por lo tanto, esa noche él durmió con Lea; y Dios contestó las oraciones de Lea, y ella volvió a quedar embarazada y dio a luz un quinto hijo a Jacob. Ella le puso por nombre Isacar, porque dijo: «Dios me ha recompensado por haber dado a mi sierva como esposa a mi marido». Luego Lea quedó embarazada de nuevo y dio a luz un sexto hijo a Jacob. Le puso por nombre Zabulón, porque dijo: «Dios me ha dado una buena recompensa. Ahora mi marido me tratará con respeto, porque le he dado seis hijos». Más adelante, ella dio a luz una hija y le puso por nombre Dina.

Después Dios se acordó de la dificultad de Raquel y contestó sus oraciones permitiéndole tener hijos. Ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. «Dios ha quitado mi deshonra», dijo ella. Y le puso por nombre José, porque dijo: «Que el Señor añada aún otro hijo a mi familia».

Una vez que salieron de Betel, Jacob y su clan avanzaron hacia Efrata; pero Raquel entró en trabajo de parto mientras aún estaban lejos de allí, y sus dolores eran intensos. Luego de un parto muy difícil, la partera finalmente exclamó: «¡No temas; tienes otro varón!». Raquel estaba a punto de morir, pero con su último suspiro puso por nombre al niño Benoni (que significa «hijo de mi tristeza»). Sin embargo, el padre del niño lo llamó Benjamín (que significa «hijo de mi mano derecha»). Así que Raquel murió y fue enterrada en el camino a Efrata (es decir, Belén). Jacob levantó una columna conmemorativa sobre la tumba de Raquel, la cual puede verse hasta el día de hoy.

Entonces Jacob siguió su viaje y acampó más allá de Migdal-edar. Mientras vivía allí, Rubén tuvo relaciones sexuales con Bilha, la concubina de su padre, y Jacob se enteró enseguida.

Estos son los nombres de los doce hijos de Jacob:

Los hijos de Lea fueron Rubén (el hijo mayor de Jacob), Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.

Los hijos de Raquel fueron José y Benjamín.

Los hijos de Bilha, la sierva de Raquel, fueron Dan y Neftalí.

Los hijos de Zilpa, la sierva de Lea, fueron Gad y Aser.

Estos son los nombres de los hijos que le nacieron a Jacob en Padán-aram.