Salmos 58:1-11
Gobernantes, ¿saben acaso el significado de la palabra justicia?
¿Juzgan a la gente con imparcialidad?
¡No! En el corazón traman injusticia
y desparraman violencia por toda la tierra.
Estos malvados son pecadores de nacimiento;
desde que nacieron mienten y siguen su propio camino.
Escupen veneno como serpientes mortíferas;
son como cobras que se niegan a escuchar,
y hacen oídos sordos a las melodías de los encantadores de serpientes,
aunque toquen con mucha destreza.
¡Quiébrales los colmillos, oh Dios!
¡Destrózales las mandíbulas a estos leones, oh Señor!
Que desaparezcan como agua en tierra sedienta;
que sean inútiles las armas en sus manos.
Que sean como caracoles que se disuelven y se hacen baba,
como un niño que nace muerto y que nunca verá el sol.
Dios los barrerá a todos, tanto a jóvenes como a ancianos,
más rápido de lo que se calienta una olla sobre espinos ardientes.
Los justos se alegrarán cuando vean la injusticia vengada;
se lavarán los pies en la sangre de los perversos.
Entonces, por fin, todos dirán:
«Es verdad que hay recompensa para los que viven para Dios;
es cierto que existe un Dios que juzga con justicia aquí en la tierra».